Una sonrisa equivale a una buena salud.

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Curso de Preparación para la Jubilación

domingo, 24 de octubre de 2010

Padres e hijos

PADRES E HIJOS



            En la familia como en todas las entidades sociales, es necesario respetar ciertas normas. Éstas nacen de valores fundamentales como la convivencia y el respeto personal. Implican el reconocimiento de ciertos derechos y deberes.
            Permiten evitar comportamientos indeseables, ofrecen criterios prácticos para resolver conflictos y favorecen la transmisión de valores.
            Establecer normas adecuadas favorecen la convivencia familiar y permiten reducir la probabilidad de consumo de drogas.
            El respeto a las normas familiares contribuye a que nuestros hijos desarrollen de forma natural una actitud responsable ante la vida, en la medida en que las asuman como propias.

            Los padres solemos hacer y decir:
            “¡No me importa a que  hora lleguen tus amigos, a las diez te quiero en casa!”.

            A veces imponemos nuestro criterio con autoridad sin valorar la postura de ellos.

            “Sí, ya sabes que fumo, pero acordamos que tú no debes hacerlo”

            Olvidamos ser coherentes al establecer normas sobre determinadas conductas.

            “Todos los fines de semana igual, no debes beber alcohol. ¡Tú sabrás lo que haces!”

            Las advertencias y acusaciones no pueden ser la forma habitual de señalar un comportamiento incorrecto.

            “¡No hay quien pueda con ellos ¡ Para no discutir es mejor dejarles hacer lo que quieran.”

            Nos inhibimos. La comodidad y el miedo a alejarnos de nuestros hijos nos lleva a que les dejemos hacer y no afrontemos a tiempo los problemas. Otras veces somos demasiado exigentes y hacemos un conflicto de cualquier cosa.

            Los padres debemos procurar crear un ambiente familiar de comunicación y respeto fundamental para la convivencia y la educación de nuestros hijos.
            Cuando son todavía pequeños podemos reforzarles la conducta positiva de forma constante (alabanzas, premios....). A medida que van siendo mayores las normas deben ser explicadas y en la medida de lo posible, consensuadas.
            A partir de cierta edad debemos establecer conjuntamente unas normas flexibles, razonadas, realistas y claras, y comunicar las consecuencias concretas que tendrá el cumplimiento o no de éstas.
            Podemos ayudar a superar juntos las dificultades que puedan surgir en su cumplimiento. El esfuerzo no es sólo de ellos, tenemos que estar atentos en todo el proceso.
            Las normas existen para ser cumplidas por todos. Sin embargo, su aplicación no puede ser rígida, sino moderada por las circunstancias. A veces, aceptar su trasgresión puede ser un recurso educativo, si se hace consciente e inteligentemente.
            Por lo tanto, debemos establecer algunas normas esenciales para  todos los miembros de la familia, teniendo en cuenta la edad y personalidad de cada hijo.
            Reflexionar sobre las consecuencias que puede tener el comportamiento de nuestros hijos el establecimiento de éstas.
            Reconocer el cumplimiento de las normas. Las consecuencias de su incumplimiento deben ser proporcionales a la importancia de la propia norma.
            Utilizar las normas de forma flexible. Las actitudes excesivamente rígidas  o permisivas pueden dificultar la integración social.
            Si deseas que tus hijos crezcan con una actitud responsable y saludable, RECUERDA contar con ellos en todo momento.




Paz y Amor

Buenas vistas




Paz y Amor

Que vistas para relajarse








Paz y Amor

Pensionistas y Jubilados que rien, piensan y escriben.

Sabrás que vas a tener un mal día - cuando llames a la policía informando de que te vas a suicidar y te digan "Por favor espere..."



El que nace para mulo del cielo le cae el arnés.
   O El que nace para policía del cielo le cae el bolillo.



Aquí, en la policía, al 100%, no descartamos ni que Judas fuese asesinado por alguno de sus once colegas.


¡Policía, policía! No persigan al ladrón persigan a ese chico que me ha robado el corazón.
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Si tu cuerpo fuera cárcel y tus brazos cadenas, qué bonito sitio sería para cumplir mi condena.